Mi viaje a la cima más alta del norte de África, el Monte Toubkal.
Una visita a Marruecos siempre es una buena opción de viaje, tanto si que quieren visitar ciudades con mucha historia, templos, naturaleza, el desierto..., Marruecos tiene mucho que ofrecer.
Una vez llegado a mi hotel, un pequeño hotel llamado Dar Assarou, muy cómodo, limpio y con unas vistas del Atlas increíbles desde su terraza, tuve un encuentro con Mustapha, guía experto en alta montaña, titulado en escuelas internacionales como guía de montaña y experto en las rutas del Atlas.
Con Mustapha, ultimamos los detalles de nuestra expedición, al Mt Toublak, de 4167m de altitud, o dicho con otras palabras, la montaña más alta del norte de África. Desde Imlil necesitábamos dos días hasta la cima y un día completo de bajada, 3 días de expedición.
Al día siguiente, tras nuestro desayudo a las 8:00, conozco a Hassan, otro guía experto en el Toubkal, que Mustapha me presenta y con quien rápidamente surge una simpatía muy positiva. Empezamos el trekking, empieza la aventura.
Así que, y en nuestro caso, no necesitando mulas para que nos llevaran el equipaje, (cosa que es recomendable para los trekkings de 4, 5 días o más) partimos hacia el Toubkal.
Además de Imlil, pasamos por el pueblo de Armd, también en los pies del Atlas.
Las vistas de las montañas en este precioso valle son impresionantes.
Mi consejo es, en este tipo de trekkings, de ir Siempre con un guía, por los muchos caminos que hay, lo fácil que puede ser pederse y porque a veces, la subida es a veces peligrosa y con guías, siempre saben perfectamente qué caminos tomar.
Aquí estamos aún en el comienzo del trekking, pasando por lugares preciosos, viendo cascadas, algunas cabras, aves y disfrutando de la compañía del estupendo Hassan :)
Pasan las horas y seguimos en ruta, caminos no siempre fáciles, pero con unas vistas de película. Muy contentos de estar aquí.
El camino hacial el Refugio donde pasaremos la noche, situado a 3207m de altitud aún está a algunas horas de marcha, de tal modo que hacer una parada para comer y recargar las energías viene muy bien. Aquí vemos las mulas transportando equipos y a varios grupos tomando té y hablando con su guía, comiendo..
Incansable Hassan
Algunos optan por dormir en tiendas de campaña, pero nosotros nos decantamos por el Refugio, donde además de descansar mejor, tener cuarto de baño con duchas de agua caliente, tuvimos una cena riquísima, típica bereber, por no hablar de la fiesta que se montó entre montañeros y guías. Siendo sinceros, dormimos poco, pero.., lo bien que lo pasamos!!
Al día siguiente nos despertamos a las 4:00 de la manaña, tomamos un buen desayuno en el Refugio y a las 4:30 estábamos preparados para atacar a la cima. Recordamos que aún nos encontrábamos a 3207m de altutud, de modo que hasta los 4167m...
Durante mi tiempo en el Refugio, conocí a una chica muy simpática, Rosa, que como yo, no se sentía nada bien por la altitud, el esfuerzo hecho, mareos, estómago (en mi caso), y me comentó que no podía subir más, que el trekking acababa ahí para ella, (como para mucha gente más) cosa que ya era un grandísimo esfuerzo y días fabulosos de montaña...
Tengo que agradecer a Rosa que me regalara su linterna de cabeza, algo que yo no llevaba y que de no ser por ello, me habría resultado aún mucho más difícil de lo que ya era, subir a las 4:30 de la mañana, en plena oscuridad.
Tras varias horas en las que solo ves algunas filas de luces, grupos subiendo, la subida se hace más y más dura, más y más empinada, difícil, en la que pies y manos trabajan sin descanso, concentrados en la oscuridad, a cada paso, solo parando a veces para respirar por la durísima pendiente.
La recompensa llega cuando, con muchísimo esfuerzo y pasadas unas horas, serían las 7:30 vemos uno de los amaneceres más preciosos jamás nunca vistos antes, el sol saludando al Atlas, a esas montañas tan mágicas, duras al mismo tiempo, pero que tras varios días, les he cogido hasta cariño.
Aún nos queda una hora para alcanzar la cima, solo una hora, pero con lo agotados que estamos algunos, nos resulta casi imposible seguir, parándonos cada vez más, pensando si en bajar, si con haber visto ese amanecer nos podíamos dar por satisfechos.
Tuve la suerte de tener un guía genial, Hassan. Él sabía que podía, me apoyaba moralmente, dándome fuerzas para dar uno y otro paso, sin arriesgar nunca pero siempre concentrado y aún si eran tres palabras de apoyo, pero que ayudaban más que cualquier empuje.
Finalmente lo conseguimos, llegamos a la cima del Toubkal!
A 4167m, en la cima del Toubkal, la montaña más alta del norte de África, unos de los más inolvidables y mejores viajes de mi vida.
Una vez más, quiero agradecer a todo el excelente equipo de
Toubkal Aventura, especialmente a Mustapha y Hassan por la tan buena organización del trekking, su simpatía y por el enorme trabajo, que me hizo alcanzar la cima del Toubkal.
Gracias por la expedición!